Ayer los principales diarios nacionales en papel, en lugar de mostrar esas fotos donde nos reconocemos las miles de personas que hemos estado en las manifestaciones del 24 de octubre, sacaron en sus portadas estudiantes, algunos con las caras tapadas, al lado de contenedores utilizados como barricadas o dentro de una clase interrumpida durante la jornada de huelga. Varios medios y periodistas les tildaban de “violentos”.
No solo fue una elección que desinforma, sino que estos días he podido ver de cerca cómo se organiza el movimiento estudiantil, en concreto en el campus de Somosaguas donde trabajo, y no puedo utilizar un solo argumento para decir que son violentos. Es más, puedo sostener que son de lo mejor que tenemos en la Universidad. Explicar esto sé que es un riesgo, y que a varios lectores les parecerá complicado de entender. Lo intentaré, pues me parece lo más justo.